El Cuento del Leñador y su Hacha

El leñador...
 

Cuentan que una vez un leñador se presentó en un trabajo en un bosque. Viendo su motivación y su energía, lo contrataron inmediatamente. El jefe le dio un hacha y lo mando a talar árboles.

Al cabo del primer día, el dedicado leñador había conseguido talar 18 árboles, una cifra impresionante. "Te felicito" - dijo el capataz - "sigue así". Animado por esas palabras, el leñador se decidió a demostrar que podía hacerlo todavía mejor y el día siguiente salió a batir su récord. Sin embargo, al finalizar el día, solo pudo talar 15 árboles.

Conforme iban pasando los días el leñador se esforzaba por superarse, pero cada vez volvía con menos árboles talados. Estaba desesperado. Fue a hablar con su jefe y le explicó la situación. "No lo entiendo. Por más que me esfuerce, cada día talo menos árboles". El hombre que lo había contratado lo miró y preguntó: "¿Cuánto haces que no afilas el hacha?" – "¿Afilar?", respondió. "No tengo tiempo para afilar. Estoy muy ocupado talando árboles."

A veces pasamos por alto lo que verdaderamente necesitamos, quizás para algunos de nosotros afilar el hacha tenga un sentido diferente. Algunos pensarán en la importancia de una buena organización, otros en la formación o simplemente en la necesidad de descansar. Quizás solo necesitemos un tiempo para plantearnos y reflexionar ¿cuál es la mejor manera?, porque perder la perspectiva es muy fácil.